¿Qué claves tenemos para ayudar a los niños y niñas con sus dificultades de lectura?

Qué claves tenemos para ayudar a los niños y niñas con sus dificultades de lectura

¿Qué dificultades de lectura presentan los niños y niñas? ¿Cuáles son las causas? Repaso a qué claves tenemos para articular las intervenciones más efectivas.

¿Qué claves tenemos para ayudar a los niños y niñas con sus dificultades de lectura? En primera instancia, hay que identificar con precisión el problema que presenta el lector. La dificultades lectoras no son homogéneas. Algunos niños y niñas tienen problemas para convertir las letras en sonidos. Otros para reconocer palabras. También se da el caso de que efectúen una lectura correcta pero poco fluida. Y, por supuesto, hay niños y niñas, también jóvenes, con problemas graves de comprensión lectora.

Una vez identificado el problema, hemos de dar con la causa o, más probablemente, las causas que lo provocan. Más allá de la asimilación correcta de los procesos que permiten al lector reconocer letras y sus agrupaciones, palabras, convertir letras en sonidos del habla y palabras y acceder al significado de las palabras, están la percepción de los sonidos del habla, el desarrollo del lenguaje oral, la atención, la memoria. También hay problemas cognitivos y emocionales asociados a las dificultades de lectura. Una proporción considerable de los niños y niñas con dificultades de lectura tiene problemas de habla y de atención. Además, muestran mayores niveles de ansiedad y menor autoconcepto.

Las intervenciones próximas son más eficaces que las distales.

Una vez identificado el problema y su origen, hemos de tener presente que la intervenciones próximas son más eficaces que las distales. Es decir, trabajar lo directamente relacionado con los procesos de la lectura es más efectivo porque entrenan directamente la lectura o los procesos que intervienen en ella (las habilidades fonológicas, las relaciones entre letras y sonidos, el reconocimiento de palabras). Trabajar lo distal, que es lo que se relaciona de forma indirecta (la atención, la motivación), es menos efectivo, porque entrenan habilidades o capacidades más generales y no directamente relacionadas con la lectura (la percepción, la lateralidad, la memoria).

Debido a la heterogeneidad de las dificultades de lectura, una buena intervención debe partir de una evaluación que identifique cuáles son los procesos en los que tiene dificultad un alumno concreto. Y si existen dificultades en otras áreas con una relación distal con la lectura (nivel cognitivo, atención, estado emocional…). No obstante, en la intervención se deberá dar prioridad a los aspectos directamente relacionados con la lectura.

Fuentes: Nature; Comprensión basada en evidencias.

Imagen de Juaj Varga en Pixabay.

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