La actividad cerebral en la infancia da pistas de nuestra evolución lectora

La actividad cerebral en la infancia da pistas de nuestra evolución lectora

Según un estudio, la actividad cerebral da pistas de la evolución lectora de los niños en el futuro. La investigación ha sido llevada a cabo por Mallory C. Stites y Sarah Laszlo, de la Universidad de Binghamton.

Este es el resultado principal de este estudio que ha sido publicado en la revista Psychophysiology. La responsables de esta investigación afirman a través de la medición de la actividad cerebral es posible predecir con varios años de antelación el nivel de habilidades de lectura que tendrá un niño en el futuro.

En el marco de esta investigación, Laszlo y Stites reunieron a un grupo de niños y niñas. Primero, realizaron una medición de su actividad cerebral durante la lectura. En segundo término, dos años después de llevar a cabo la primera prueba realizaron un estudio de sus habilidades lectoras. Laszlo y Stites comprobaron correlaciones entre la actividad cerebral y las habilidades lectoras desarrolladas por los niños.

Así, los niños y niñas que habían desarrollado más sus capacidades como lectores habían mostrado patrones de actividad cerebral afines. En contraposición a los niños y niñas que habían desarrollado menos destrezas lectoras transcurridos dos años. Estas diferencias atendían tanto a su nivel de procesamiento fonológico como a su nivel de procesamiento semántico.

En el estudio, Laszlo y Stites tuvieron presentes otros aspectos tales como la edad y su volumen de lecturas de los participantes. También el nivel de estímulo de sus profesores y de sus progenitores.

Este tipo de estudios pueden ser realmente interesantes para definir la metodología para el aprendizaje de la lectura en la infancia en función del lector. Así como para diseñar y desarrollar itinerarios de lectura personalizados. Ambas propuestas redundarían, sin duda, en una evolución optimizada de las capacidades lectoras de los niños con todos los beneficios que ello supone.

Podéis acceder al artículo completo a través del siguiente enlace.

 

Fuente: Neuroscience News.

 

Imagen cortesía de Pixabay.

 

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