Menos antojos gracias a la lectura

Menos antojos gracias a la lectura

El sobrepeso y la obesidad son problemas cada vez más extendidos entre la población infantil. Muchas veces es difícil evitar que disfruten de la tentación de las golosinas, la bollería y otros alimentos que los favorecen. Pero podemos encontrar en la lectura una nueva aliada para que tengan menos antojos.

Reducir el sedentarismo, cambiar la dieta y los hábitos son algunas de las estrategias para luchar contra el sobrepeso o la obesidad en los niños y niñas. Pues bien, como avanzábamos, la lectura puede también ayudarnos. ¿Por qué? Muchos estaréis pensando que compagináis perfectamente la lectura con el picoteo. Aunque así sea, la lectura es, en muchos casos, una actividad que requiere de unos niveles de concentración amplios. Es una práctica que nos abstrae, y que, por ende, puede fácilmente ayudarnos a tener menos antojos.

Pero, además, como ya hemos comentado en este blog, leer favorece la empatía. Una cualidad que debilita las vías neuronales hacia las áreas de recompensa de nuestro cerebro que nos hacen desear el azúcar. Esta es, al menos, la teoría que defiende de Liz Moody de mindbodygreen. A nosotros nos ha encantado la idea, y por eso la compartimos. Ahora bien, estamos hablando de periodos de práctica relativamente largos para un niño. De unos 20 minutos de lectura mínimo.

Los niños tienen antojos alimentarios más intensos pero los gestionan mejor.

Por otra parte, si las estrategias que hemos compartido no os resultan suficientemente efectivas, tened en cuenta que los niños y niñas gestionan mejor que los jóvenes y adultos los antojos alimentarios. Y esto sí que nos consta que ha sido demostrado por un estudio. Los niños y niñas tienen antojos más intensos. Pero aplican con eficacia la estrategia cognitiva capaz de reducir el antojo o la ansiedad por un alimento.

Según esta investigación, pensar en los aspectos visuales de los alimentos (la forma, el color) reduce en un 16% el deseo. Y los niños tienen más habilidad para abstraerse de otros aspectos como el sabor o el aroma, que lo amplifican. Además, la reducción de la ansiedad se asocia a una mayor actividad de la corteza pre frontal lateral del cerebro, zona que está implicada en el autocontrol.  Y los niños y niñas con un buen Índice de Masa Corporal tienen menos actividad en este área. También se apreció una disminución de la actividad relacionada con los mecanismos de recompensa en estos niños.

 

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