Vuelta a la rutina diaria de lectura

Vuelta a la rutina diaria de lectura

Para muchos, el verano y sus vacaciones son momentos óptimos de lectura. Otros, en cambio, los días de asueto prefieren realizar otro tipo de actividades de ocio. Independientemente de esto, con la entrada de mes, la vuelta al trabajo, el comienzo de curso… conviene restablecer la rutina de lectura.

 

Una de las razones por la que algunos lectores afirman leer menos de lo que les gustaría es la falta de tiempo. El frenético ritmo diario impide a muchos lectores encontrar un hueco y establecer una rutina de lectura. En estos casos, por regla general, el lector acumula libros en la mesilla de su dormitorio, en una mesa del salón…, hace listas de los títulos que le han recomendado o que ha descubierto por sí mismo, hasta que llegan los periodos vacacionales y puede disfrutar de tiempo libre para leer.

Otros lectores, en cambio, es en vacaciones cuando precisamente encuentran menos tiempo para leer porque prefieren disfrutar de otro tipo de actividades. Esto se produce muy especialmente en el caso de los descansos estivales en los que la oferta de ocio al aire libre es muy amplia. Algunos lo intentan, y acarrean el libro que les gustaría leer, su eReader o su tablet de un lado para otro, pero no acaban de pasar de las primeras páginas.

En cualquiera de los dos casos, con la vuelta al trabajo, al colegio, a la rutina, es importante tener presente la lectura. Los lectores voraces siempre encuentran huecos a lo largo del día para ella, pero a los que os guste leer y os cueste más encajar esta actividad en vuestro día a día, así como a los que no os guste leer, os recomendamos establecer un rato de lectura diario para beneficiaros de todas sus bondades.

La lectura desarrolla nuestra inteligencia, mejora nuestra autoestima y nuestra salud, nos aporta atractivo, y así un largo etcétera. Además, si preferimos un enfoque más práctico e inmediato, la lectura nos ayuda a dormir mejor y, por tanto, a enfrentar mejor los retos del día a día. Según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Sussex en 2009, seis minutos de lectura reduce el estrés en un 68%. Independientemente de la lectura que se elija, cuando la mente está ocupada en un mundo construido por las palabras, la tensión se evapora, el cuerpo se relaja, y se allana el camino para un sueño reparador.

 

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