Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red, por Gemma Lluch

Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red

La especialista Gemma Lluch documenta en este artículo para Ocnos los espacios virtuales que congregan diariamente a cientos de adolescentes y jóvenes entre 13 y 29 años para hablar de libros, lectura y de autores.

 

Con motivo del comienzo de una nueva edición del curso «Jóvenes, lectura y bibliotecas en el momento actual«, rescatamos una interesante reseña del artículo «Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red» de Gemma Lluch, profesora, investigadora y especialista, publicado en la revista Ocnos (número 11, págs. 7-20), que documenta los espacios virtuales que congregan diariamente a cientos de adolescentes y jóvenes entre 13 y 29 años para hablar de libros, lectura y de autores.

En estos espacios intercambian lecturas, reseñan sus relatos preferidos, debaten sobre si el narrador es adecuado para la narración o se quejan de cómo se trata la lectura en la escuela.

La investigación se realizó a partir del estudio de dos casos: los foros de Laura Gallego y la campaña de promoción de venta del libro Delirium, de la Editorial SM, a través de los blogs administrados por los adolescentes y de las redes sociales Twitter y Facebook.

Concretamente, se analizaron 1.466 documentos de 452 sujetos:

Jóvenes y adolescentes hablan de lectura en la red [Tabla]

La metodología combinó observación, descripción densa y análisis textual y se analizaron tanto los discursos (posts, comentarios, tuits y comentarios en foros) como los escenarios (blog, foro y Twitter).

Lluch enuncia las siguientes conclusiones:

1. Los sujetos crean comunidades virtuales de lectura.

Posiblemente, la principal conclusión de la investigación tiene que ver con las nuevas formas de crear comunidades de lectores que ya no se generan ni se tutelan desde la escuela o la biblioteca. Los miembros que construyen estos espacios en internet siguen un modus operandi similar a los fans del programa Survivor (Jenkins 2008: 64): i) son comunidades con afiliaciones voluntarias que funcionan en su tiempo de ocio, ii) temporales porque se forman y se disuelven en tiempos limitados y iii) tácticas ya que no se perpetúan más allá de las tareas que las ponen en marcha.

2. Construyen sus espacios de comunicación desde plataformas múltiples practicando la trashumancia virtual.

Las conversaciones crean un “espacio virtual de comunicación”, es decir, un lugar construido por los documentos que escriben sobre un mismo tema pero desde diferentes plataformas. La investigación ratifica que las comunidades de lectores no se crean en un único espacio virtual, se practica y fomenta la trashumancia virtual de una plataforma a otra librando al lector de las limitaciones que tiene cada una de ellas y aprovechando las especificidades comunicativas; de esta manera, la comunicación se adapta a las necesidades y gustos de los usuarios, adolescentes y jóvenes.

3. Los lectores crean los espacios, ganando protagonismo y visibilidad.

Aunque la editorial o la autora colaboran o intervienen, el usuario es el que produce los contenidos adaptándolos a las normas y a las características de cada red social y de cada plataforma; como consecuencia, el efecto viral de los mensajes es mucho mayor. La diferencia que FLG y RT marcan con otros casos similares consiste en la participación del lector ya que aquí son ellos los que escriben, fijan los tiempos de las conversaciones, animan a otros a intervenir y, además, organizan la comunicación, fijan las reglas y ayudan a cumplirlas.

4. El hecho lector se transforma en conversación social.

Los espacios analizados son menos forzados y más cercanos que la escuela o la familia porque, como comentan en diferentes documentos, conectan con otros que tienen aficiones similares y que pueden convertirse en amigos. En este nuevo contexto, la lectura deja de ser una afición que provoca aislamiento para transformarse en un constructo de conversaciones que permite el intercambio, que les da visibilidad y que posibilita tejer relaciones afectivas.

5. Los jóvenes lectores se convierten en expertos y líderes de opinión.

La investigación ha visibilizado la transformación de estos adolescentes y jóvenes en «líderes de opinión». Estas prácticas, los transforman en expertos acreditados porque han pasado un ritual que certifica su dominio del ámbito de la lectura juvenil y socializada, escribiendo e intercambiando discursos en Internet sobre los nuevos libros, opinando y valorando una portada o proponiendo, diseñando y ejecutando una campaña de promoción.

6. El espacio virtual deviene un lugar de pertenencia y de afecto.

Las conversaciones crean espacios donde se crean lazos de pertenencia a un grupo a través de unas características comunes: i) son lectores, les gusta la creación y sentirse parte de este universo que les hace sentir especiales; ii) comparten conocimientos sobre los libros que leen, las editoriales que siguen, los autores que les gustan y las campañas de promoción que les enganchan; iii) se ayudan, resuelven las dudas sobre cómo gestionar un blog o sobre libros que buscan. Estos espacios virtuales les permiten aunar afición y necesidad porque comparten las experiencias que genera la lectura a la vez que construyen vínculos afectivos.

7. Forman una comunidad competitiva.

Aunque son espacios de colaboración, cuando se disputan, por ejemplo, el acceso a una información privilegiada surge la competencia o rivalidad porque por más que construyan marcos de confianza para compartir información, también compiten por ser los primeros en dar una noticia, leer antes que nadie un libro o tener información privilegiada. De nuevo, esta característica los aproxima a los sujetos analizados por García Canclini (2012, p. 54, 7 y 61):

Estamos en la ‘era de la colaboración’ y colaborar con alguien más no significa que dejes de competir. […] Los procesos colaborativos no ponen en riesgo la individualidad, la independencia y los proyectos personales de sus integrantes.

Como ellos, los sujetos analizados son: «activos, críticamente comprometidos y creativos» y ayudan a posicionar autores o libros, dan su apoyo a las marcas porque estos chicos son también «un trendsetterque es esta persona que facilita la visibilidad». Pero también, los chicos utilizan estos espacios para posicionarse, para darse a conocer, para conseguir desde libros gratis hasta un trabajo en la editorial.

 

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